A las estrellas que no repriman mi fuego
A mis manos que no les falte el ansia de acariciar
A mi corazón que no consienta que pierda la ilusión
A mis venas que no renuncien a hervir como lava
A mis ojos que no pierdan humildad y calidez
A mis labios que no dejen de buscar tu sabor
A mis mente que no deje de añorar
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